Blog Proctologia Tijuana

Dr. Alberto Magaña

Cómo es el procedimiento quirúrgico para el tratamiento de fístulas anales

El tratamiento de fístulas anales es de suma importancia para reducir los riesgos de complicaciones de este padecimiento y aliviar los síntomas; por las características de las fístulas en el ano, en la mayoría de los casos se vuelve necesario un procedimiento quirúrgico para el tratamiento, y con la finalidad de que nuestros visitantes conozcan cómo se lleva a cabo la cirugía, dedicaremos esta publicación en nuestro blog a hablar del tema.

 Antes de comenzar a describir el procedimiento quirúrgico empleado para el tratamiento de fístulas anales, conviene que definamos qué es una fístula y establezcamos la diferencia con un absceso anal, los que usualmente se encuentran relacionados: un absceso es una cavidad localizada en el área cercana al ano o recto llena de pus como resultado de una infección. Existen diferentes tipos de abscesos que reciben su nombre según su ubicación y requieren de un tratamiento para evitar que evolucionen en una fístula anal. Se estima que cerca de la mitad de las personas que presentan un absceso llegan a desarrollar una fístula, que es una especia de túnel pequeño que va desde una abertura en el canal anal y va hasta la zona cercana al ano. Cabe mencionar que las fístulas pueden presentarse sin necesidad de un absceso y al igual que estos, se nombran según su localización.

Los síntomas característicos de las fístulas incluyen dolor, inflamación y enrojecimiento alrededor del canal anal o del ano y el drenaje de un orificio localizado cerca de esta zona. Como acabamos de mencionar, en muchos casos las fístulas son resultado de abscesos por infecciones graves, así como de enfermedades como la enfermedad de Crohn, traumatismos, cáncer y radiación. Si se identifican estos signos y síntomas, y en especial si se pertenece a un grupo de riesgo, es fundamental consultar a un médico que se encargue de realizar el diagnóstico y a partir de él determinar el tratamiento más adecuado. Para confirmar un diagnóstico se pueden solicitar pruebas como ecografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, es decir, pruebas de imagen con las que es posible visualizar el túnel de la fístula en el ano.

El tratamiento, tanto para los abscesos como para las fístulas, suele ser quirúrgico y existen diferentes procedimientos que se pueden emplear como la fistulotomía, la fistulectomía y el sedal. La fistulotomía consiste en seccionar y poner a plano la fístula, por otra parte la fistulectomía es la extirpación del trayecto en que se presenta la fístula y el sedal es la colocación de una ligadura para cerrarlo. El médico discutirá con el paciente cuál es el procedimiento que ofrezca mayores probabilidades de resultados exitosos y que suponga menores riesgos en su caso y proporcionará toda la información referente a la cirugía.

Es necesario que el paciente sepa que puede requerirse una reparación de los esfínteres o colocar injertos, y que en aquellos casos en que las fístulas se encuentren comunicadas con otros órganos, además de reparar el trayecto podría requerirse utilizar un ano artificial. Otro aspecto del que se debe tener conciencia antes de someterse a la operación, es que durante el procedimiento es posible que ciertos hallazgos lleven a hacer modificaciones en el plan inicial, lo que se tiene que ejecutar para que el tratamiento resulte adecuado.

En la intervención quirúrgica para el tratamiento de fístulas anales se administra anestesia y existen algunas probabilidades de que sea necesario emplear sangre y hemoderivados durante o después de la intervención, esto según las características del padecimiento, la técnica a emplear y los riesgos identificados en cada paciente según su estado de salud general. En todo caso, la cirugía tiene por finalidad eliminar la fístula y hacer las correcciones necesarias en aquellas alteraciones que a nivel anatómico haya ocasionado.

Se espera que con este tratamiento desaparezcan las molestias como dolor, inflamación y la infección que ocasiona supuración de pus, además de evitar que se contaminen los tejidos perianales en los que se presentan los abscesos por infección. Es importante tener en mente que la intervención quirúrgica requiere de un proceso de recuperación tras el cual se puede evaluar los resultados de la operación, por ello sólo después de la cicatrización se puede verificar que la fístula esté eliminada y que no se requieran otras intervenciones para hacer las correcciones que puedan requerirse.

Actualmente no existen tratamientos que igualen la eficacia de una cirugía para las fístulas anales, y los especialistas recomiendan ampliamente someterse a la operación una vez que se ha confirmado el diagnóstico para evitar que la fístula persista, para que no se presente episodios de inflamación aguda, una supuración crónica y la formación de abscesos.

Sin un tratamiento adecuado existen riesgos de complicación y la fístula puede tomar varios trayectos y orificios y afectar a zonas más alejadas del tejido perianal, lo que puede conllevar además al desarrollo de infecciones de gravedad. En este punto cabe mencionar que contrario a lo que se piensa comúnmente, un tratamiento con antibióticos no es del todo efectivo ni suficiente para los abscesos y fístulas, aunque es posible que el médico los prescriba, en especial a pacientes con el sistema inmunológico debilitado.

Antes de la cirugía les recomendamos recabar toda la información referente al procedimiento y a los requerimientos de cuidado durante el proceso de recuperación para estar preparado y evitar sorpresas. Es importante tener en cuenta que al igual que cualquier cirugía, una operación para tratar una fístula anal implica ciertos riesgos a pesar de que se realice correctamente; estos riesgos incluyen el sangrado y la infección de la herida, inflamación, retención de orina, flebitis y dolor, los que se pueden resolver con un tratamiento médico adecuado, al igual que las posibles complicaciones de mayor gravedad como la infección del ano y el periné, la estenosis del ano, la incontinencia a gases y heces y la reproducción de la fístula.

También es posible que se requiera de una reintervención, por lo que es indispensable mantenerse al pendiente de cualquier síntoma anómalo que se presente durante el proceso de recuperación, y en caso de presentarse un problema se recomienda solicitar inmediatamente atención médica.

Les recordamos que esta información sólo es orientativa y que no suple la de un médico especialista, siempre orientada a las características del padecimiento de cada paciente y sus necesidades. Si manifiestan síntomas de fístulas y desean recibir atención médica de la más alta categoría, los invitamos a contactarnos para agendar una cita con el Dr. Alberto Magaña Reynoso, especialista en el tratamiento de fístulas anales, con gusto los atenderemos.

Dr. Alberto Magaña Reynoso

Médico especialista en Coloproctología avalado por la Universidad Nacional Autónoma de México, Más detalles

Hospital Ángeles. 5to. piso cons. No. 503

Ave. Paseo de los Héroes 10999,

Zona Río, Tijuana,

Baja California, México

Teléfono: (664) 635.1856
URGENCIAS: (664)374.5203

Servicios

Síguenos