El cáncer de colon afecta el último trayecto del tubo digestivo, es decir, el intestino grueso; los signos y síntomas que caracterizan este padecimiento incluyen alteraciones en los hábitos intestinales, pudiendo manifestarse en forma de estreñimiento o diarrea o cambios en la consistencia de las heces, sangrado rectal, malestares abdominales, sensación de falta de vaciado intestinal, fatiga o debilidad y adelgazamiento, aunque es bastante común que no se presenten síntomas durante las primeras etapas de desarrollo de cáncer. Los especialistas en cáncer de colon gracias a diferentes estudios, han identificado algunas de las causas asociadas con el desarrollo de pólipos cancerígenos y factores de riesgo que incrementan las probabilidades de presentar este padecimiento, tema al que dedicaremos esta publicación en nuestro blog.
Tal y como ocurre con otros tipos de cáncer, las células agrupadas que forman pólipos en el colon suelen ser benignas, pero existe el riesgo de que con el paso del tiempo los llamados pólipos adenomatosos se conviertan en cáncer, por lo que se recomienda acudir a consulta médica en cuanto se identifiquen síntomas que hagan sospechar de este padecimiento, esto con la finalidad de realizar las pruebas necesarias para confirmar un diagnóstico y comenzar cuanto antes con el tratamiento más adecuado, lo que incrementa las probabilidades de éxito.
Uno de los principales problemas para el diagnóstico temprano de cáncer de colon es que los pólipos generalmente son de tamaño pequeño y no causan síntomas, o muy pocos que no permiten su identificación, es por esta razón que la recomendación de los especialistas en cáncer de colon es realizarse un análisis de manera regular, en especial quienes pertenecen a los grupos de riesgo, para un diagnóstico temprano que permita extirpar los pólipos adenomatosos antes de que lleguen a convertirse en cáncer.
Como ya mencionamos, es bastante común que en las primeras etapas de la enfermedad los pacientes no presenten ningún síntoma y cuando se manifiestan los signos varían de una persona a otra según la ubicación del cáncer y el tamaño de los pólipos formados. La recomendación general es consultar a un especialista en cáncer de colon tan pronto se observe algún síntoma, como continuos cambios en los hábitos intestinales y la presencia de sangre en las heces o sangrado rectal; el especialista se encargará de realizar las pruebas para confirmar el diagnóstico, como una colonoscopia y análisis de sangre, así como pruebas de imagen como tomografías computarizadas de la zona pélvica, el abdomen y el tórax para determinar en qué estadio de desarrollo se encuentra el cáncer.
En lo referente a las causas del cáncer de colón, es bien sabido que con certeza aún se desconoce qué es lo que provoca el cáncer, aunque se reconoce que se deba a errores en la constitución genética de las células sanas, ocasionando su crecimiento anómalo. Las células con un funcionamiento normal se desarrollan y se dividen de manera ordenada, pero al presentarse alteraciones genéticas, es decir, en el ADN, las células se dividen desordenadamente y sin parar acumulándose hasta formar un tumor. Por el crecimiento descontrolado de las células pueden invadir y ocasionar la destrucción del tejido normal en la zona circundante a donde se encuentran ubicadas, así como desplazarse a otras partes del cuerpo, y para frenar esto se requiere de un tratamiento especial.
Existen diferentes factores que incrementan los riesgos de padecer cáncer de colón pero las mutaciones genéticas hereditarias son las que se consideran más importes, estas ocasionan por lo regular síndromes de cáncer de colon como el cáncer colorrectal hereditario no poliposo, o síndrome de Lynch, y la poliposis adenomatosa hereditaria que afecta el revestimiento del colon y el recto. Estas mutaciones genéticas se pueden identificar en análisis especiales que se recomiendan a todas las personas con antecedentes familiares de cáncer de colon.
Además de las mutaciones genéticas hereditarias, se ha identificado que factores como la edad avanzada, los antecedentes de cáncer o pólipos, las enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa incrementan los riesgos del cáncer de colon. De igual manera los antecedentes familiares de cáncer en el intestino grueso, y padecimientos como la diabetes y la obesidad, son factores considerados de riesgo. Los hábitos como fumar, el consumo excesivo de alcohol y llevar un estilo de vida sedentario incrementan las probabilidades de padecer cáncer de colon, al igual que llevar una dieta con alto contenido de grasas y bajo aporte de fibra y gran consumo de productos que se han identificado como potencialmente cancerígenos.
Como medidas preventivas se recomienda hacer cambios en el estilo de vida para reducir riesgos y someterse a análisis para su diagnóstico a partir de los 50 años, mientras que si se identifica un riesgo elevado podría ser conveniente comenzar con las pruebas de detección antes. Las pruebas empleadas incluyen la colonoscopia, en la que se emplea una sonda delgada, larga y flexible con una videocámara para inspeccionar el interior del colon, esta videocámara se encuentra conectada a un monitor y si el médico identifica algo anómalo pasa instrumentos por la sonda para recolectar una muestra de tejido y someterlo a un análisis.
Los análisis de sangre también forman parte del diagnóstico de cáncer de colon, y a pesar de que no sirven como tal para confirmar el cáncer, son de utilidad para recopilar información sobre el estado de salud general del paciente y detectar la presencia de sustancias que se producen en diferentes tipos de cáncer. De igual manera se puede solicitar una prueba de la función renal y hepática.
El tratamiento para el cáncer de colon depende del estadio de desarrollo del padecimiento, en la etapa temprana se puede recomendar una cirugía por colonoscopia para eliminar los pólipos bien localizados y de pequeño tamaño, una mucosectomía endoscópica para extraer pólipos más grandes, en los que es necesario retirar una porción del revestimiento del colon, o una cirugía laparoscópica para extraer los pólipos que no se pudieron retirar mediante las otras técnicas. En los casos de cáncer invasivo se puede necesitar una colectomía parcial para retirar una parte del colon, una ostomía para reconectar las partes saludables del colon, o una extirpación de los ganglios linfáticos. En futuras publicaciones en este blog hablaremos a detalle de estas opciones de tratamiento.
Si ustedes pertenecen a los grupos de riesgo o han identificado manifestaciones de los signos y síntomas aquí mencionados, les recomendamos ponerse en contacto con especialistas en cáncer de colon para que a través de un diagnóstico puedan comenzar con el tratamiento más adecuado. Para ello el Dr. Alberto Magaña Reynoso especialista en proctología pone a sus órdenes sus servicios para tratar este y otros padecimientos; los invitamos a ponerse en contacto con nosotros para agendar una cita, con gusto los atenderemos.